Cualquiera que tenga una chispa de estilo, ha escuchado “Human Behaviour” o derramado lágrimas con “All is Full of Love”, así es la cosa con la hipnótica Björk Gudmundsdottir. Su voz semi-sensual y semi-irritante le han garantizado ciegos amantes y firmes enemigos. Los colores neón-pastel-áridos-difusos son los básicos de su guarda ropa, pero la coherencia de esta oración le va bien a la realidad de esta cantante, casi soprano, casi diosa. Si vuelas por alturas inalcanzables, entonces te va bien su álbum Debut (1993), para quienes se pierden con las luces de la ciudad, Post (1995) tiene el tracklist perfecto. Quienes necesitan comerse al mundo, acuden a Homogenic (1997) y los que divagan durante una tarde fría, disfrutan Vespertine (2001). Para los expertos Medúlla (2004) es una delicia, y los principiantes encontrarán Volta (2007) muy digerible.
Björk y el Apocalipsis sólo ocurrirán una vez.
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