lunes, 11 de octubre de 2010

Inexplicable, bello y místico







Krzysztof Kieslowski es probablemente, uno de los directores contemporáneos más aclamados. Su obra, siempre distinguida por plasmar metafísicamente la escencia de la humanidad, ha tocado a más de uno por medio de sensuales metáforas sobre las virtudes y errores mortales de nuestra raza. Tal es el caso de La Doble Vida de Verónica (Le Double Vie de Veronique) que nos transporta al mundo de dos almas idénticas, ubicadas en distintos países de Europa. Una es Veronika de Cracóvia, alegre y despreocupada, privilegiada con una voz angelical, la otra, Veronique de Francia, obstinada e introvertida, interesada en descubrir todo misterio que la vida le pone de frente. A mitad de la obra, las historias se fusionan de forma sobrenatural, y se construye una espiral que hace al espectador cuestionarse sobre la fuerza de voluntad y la existencia de fuerzas que lleguen a manipular nuestras acciones y consecuencias, tales como el destino o la humanidad misma. La película formó parte de la selección oficial del Festival de Cannes en 1991 y se recuerda como un exquisito retrato de la psíquica femenina. La MAMBA quedó perpleja después de la proyección.

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