Cuando niña la MAMBA soñaba despierta; miraba el cielo, sus nubes, construía castillos de cristal en él y pensaba en los amigos que jamás conocería. Creía que si pudiese viajar al ártico se encontraría con UMKA, para juntos construir una linda madriguera en donde dormirían, soñarían, cantarían y hasta bailarían juntos. Aún hoy, la MAMBA nunca ha estado en el polo norte (de que ha llegado lejos gracias a las sustancias ilegales... eso sí), pero todavía recuerda su infancia; sigue mirando al cielo de noche, ve hacia la osa mayor y saluda a UMKA, que siempre está pegado a ella...
Por cierto, oooooooooooooobvio la MAMBA desde chiquita ya hablaba inglés y ruso también ehhhh! igual ustedes, ¿verdad?, si no, pues ¡pobrecitas!
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